divendres, 6 d’agost del 2010

Fa seixanta-cinc anys

...Y allí, por primera vez, supo Tibbets el objetivo del bombardeo. El general le señaló un punto en un mapa de vuelo. Este punto era una ciudad. Se llamaba Hiroshima.

También aquel día, 6 de Agosto de 1945, a las seis de la mañana, Yasuko Sasaki, obrera de la industria de armamento, se inclinaba sobre su hijo Shigeo, que dormía. Estaba encogido en la esterilla tendida en el suelo. (...) La pequeña Sadako dormitaba plegada a la espalda de su hermano. Debía de haber rodado, dormida, desde su propia esterilla a la de Shigeo.


...El coronel Tibbets miraba ceñudo, con expresión de loco, el terrible hongo de humo y llamas. Concibió la idea de que estaban presenciando la más horrenda de las catástrofes que jamás había alcanzado a una comunidad humana. Fue el primero en quitarse las gafas de protección, y miró hacia abajo. En lugar del conjunto de casas de Hiroshima vio sólo una humareda marrón que se agitaba por oleadas. Intentó explicarse qué había pasado. El Enola Gay había arrojado una bomba. ¡Sólo una! Él la había visto; apenas era mayor que una de las muchas de quinientos kilos que, en anteriores vuelos de ataque, habían lanzado sobre objetivos enemigos. Simplemente, tenía diferente forma y había descendido en paracaídas en vez de bajar en caída libre. ¿Era posible que una bomba, de peso medio nada más, hubiera aniquilado a toda una ciudad? ¡No! Era imposible. ¡Eso no debía ser! Porque era inhumano, y porque semejante invención infernal no podía haber sido imaginada por hombres dotados de razón. Sí, esa era la respuesta exacta.

Pero lo que veían sus ojos no era una imaginación: la ciudad de Hiroshima estaba envuelta, en casi su totalidad, por el humo de la explosión

Són uns fragments de Sadako quiere vivir, que Karl Brukner va publicar, crec, el 1975, i que Noguer ha anat reeditant, en castellà, des del 1985.

Basat en un fet real, Sadako sobreviu a la bomba, però deu anys després contreu una leucèmia a causa de les radiacions. Construir gairebé un miler de grues de paper l'ajudarà a seguir lluitant contra l'enfermetat.

És una lectura emotiva i trista que ens recorda que a les guerres sempre perden les víctimes més innocents. Un llibre per fomentar la cultura de la pau, adient pel darrer curs de Primària o, millor, pels primers de l'ESO.

A la fotografia de la dreta, la Sadako de debó abans de caure malalta






A Hiroshima, al parc del Memorial de la Pau, hi ha un monument en record de la Sadako real, amb un text que diu:

"Aquest és el nostre crit, aquesta és la nostra plegària; pau al món"

1 comentari:

Reina ha dit...

Crec que també existeix en català ... però està molt bé que els nens grans llegeixin en castellà també! I en tots els idiomes que puguin ... quants més, millor. A veure si algú pot i s'anima amb l'original alemany (Karl Bruckner era austríac).